Suena increíble, la cuestión de la ortografía se ha convertido en tema de debate en estos tiempos dentro del ámbito educativo, ya sea en la etapa de formación de los futuros docentes como también entre quienes ya ejercen la actividad.
Más de uno se excusa y se escuda en que Lengua y Literatura no es su área de competencia por lo que no es justa la exigencia de de una buena ortografía, trazando paralelos con otras disciplinas como por ejemplo la Física o la Geografía, por mencionar algunas. Sin embargo, esto no tiene nada que ver ya que la ortografía como parte de la gramática es la base del lenguaje y de una comunicación correcta; la cual acompaña a la redacción en la tarea de una escritura adecuada.
Se ha perdido el hábito de la lectura lo que lleva a desconocer nuestro propio lenguaje e ignoramos como se escriben las palabras. Esto afecta cuando por necesidad tenemos que redactar un informe, ensayo, trabajo práctico, etc.
Hoy en día la tecnología nos ha ayudado, y a la vez perjudicado, en hacernos más sencillas las tareas, el uso de la computadora ahora nos permite corregir de manera automática las faltas de ortografía, aunque en ocasiones incluso teniendo estas herramientas podemos equivocarnos, porque simplemente no conocemos nuestro idioma español.
Una excelente ortografía y una buena redacción son tan necesarias ya que nos comunicamos más de manera escrita que por otros medios.
El problema de los errores ortográficos y de redacción corresponde no sólo a un problema escolar, también a un problema personal, se necesita de mucho empeño y dedicación en las aulas, así como de toda la disposición de las personas que aspiren a tener una excelente ortografía.
La excelente ortografía se obtiene con la lectura y con la práctica diaria de la escritura, tareas que deben de realizarse no sólo en un curso por obligación sino por convicción.
En el ámbito docente tendría que ser un requisito indispensable, aunque en muchas ocasiones nos hemos encontrado con pizarrones repletos de información y una que otra palabra mal escrita, ¿en realidad podemos predicar con el ejemplo sí el error es de nosotros?
El docente tiene por obligación conocer su idioma y conocer la forma correcta de escribir las palabras, sólo así podemos hablar de docentes bien preparados para enfrentar los problemas de lenguaje en los alumnos.
No seamos irresponsables culpando a otros, mejor ayudemos a los demás a que logren sus objetivos, incentivemos a los alumnos y compañeros a que lean para que enriquezcan su vocabulario y escriban correctamente. Contar en nuestros días con una excelente ortografía, más allá de ser un requisito académico, debe convertirse en un hábito.

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